Transporte: vital para la seguridad económica de las mujeres
Transporte seguro, eficiente y a buen precio es vital para la seguridad económica de las mujeres. El transporte posibilita la autosuficiencia y permite acceso oportuno al empleo, a servicios de primera necesidad –como tiendas de autoservicio, guarderías y cuidado médico –y permite que las mujeres se inscriban y gradúen de programas de capacitación y entrenamiento.
Encontrar vivienda a un precio accesible para familias de bajos ingresos, particularmente en la región de Washington D.C., requiere cada vez con más frecuencia, largos viajes al trabajo y altos costos de transporte. Con la dispersión de los servicios, los centros laborales y otras oportunidades, no es de sorprenderse que los trabajadores en Estados Unidos estén pasando más tiempo y gastando más dinero en sus viajes al trabajo. Las viviendas de interés social se encuentran ubicadas en áreas urbanas marginadas o en áreas suburbanas lejos de los centros de empleo y desconectadas de las rutas principales de transporte público, por lo que es difícil para los trabajadores llegar a su destino a tiempo y sin problemas. Por otra parte, los proyectos de revitalización urbana en la región de la capital han provocado la llegada de nuevos habitantes, desplazando a residentes de bajos ingresos a barrios más pobres y más lejos, a menudo sin infraestructura de transporte público. Lo que ha resultado no sólo en traslados más largos, sino también en traslados que requieren más transferencias y rutas indirectas.
Muchas de las mujeres que participan en programas organizados por donatarios de Washington Area Women’s Foundation han dicho que la falta de transporte seguro, eficiente y a buen precio es una de las barreras más comunes para conservar el empleo o para graduarse de programas de capacitación. Esta experiencia también se ha reportado en estudios de investigación. Los resultados de estos estudios sugieren que entre más largo sea el traslado al trabajo, es más improbable que alguien se encuentre empleado y concuerda con que la falta de acceso al transporte es un obstáculo para el desarrollo profesional.
El análisis del tiempo promedio para llegar al trabajo merece atención de parte de los responsables de creación de políticas públicas y de fundaciones interesadas en el bienestar de las mujeres. En términos de lo que una persona puede hacer en un día, traslados demasiado largos son muy caros para aquéllos que tienen que transitarlos y puede afectar la efectividad de las actividades de programas. Horas en el coche o autobús para llegar al trabajo reduce el tiempo que las personas pueden pasar trabajando, en actividades educativas, haciendo mandados o simplemente disfrutando de la familia o cuidando a los niños. En el 2012 el tiempo promedio que las mujeres pasaron transportándose para llegar al trabajo en el área de Washington fue de 32 minutos y de 25 en Estados Unidos. En el mismo año, más de un cuarto de mujeres trabajadoras (27 por ciento) se pasaron 40 minutos transportándose cada tramo del viaje y alrededor de 3 de cada 100 mujeres tuvieron desplazamientos extremos de por lo menos 90 minutos cada tramo.
Costos de transporte
Además de consumir mucho tiempo, transportarse al trabajo también es caro en términos de dólares y centavos. Los costos de transporte aumentaron más rápido que el ingreso durante la década pasada, aumentando la proporción que éstos costos representan para presupuestos familiares que ya se encuentran al límite. Para los trabajadores de bajos ingresos –aquellos que ganan menos del doble de la línea de pobreza – los costos de transporte consumen una proporción mucho mayor de sus ganancias, aproximadamente casi tres veces más que otros trabajadores. En el área metropolitana de D.C. el costo de transportarse para éstos trabajadores se encuentra entre los más altos del país y es superior a la media nacional. Según datos nacionales el transporte es el segundo gasto más alto de los hogares; en conjunto con la vivienda representa más de la mitad del gasto total de las familias.
¿Qué es lo que estamos haciendo?
Desplazamientos largos y costosos al trabajo desaniman el empleo, tienen como consecuencia una reducción del tiempo que los trabajadores pueden pasar con sus familias o en programas de capacitación para dominar las habilidades que necesitan para emplearse, y deja a los trabajadores con pocos recursos para acumular ahorros y activos. Considerar acceso a transporte es fundamental cuando La Fundación de las Mujeres invierte en programas para mejorar la seguridad económica de las mujeres de bajos ingresos. Nos esforzamos para apoyar programas que vinculan programas de capacitación con asistencia de transporte. De esta manera, desplazarse a los programas de capacitación no es un desincentivo o representa una carga adicional para las mujeres que se benefician de los programas organizados por nuestros donatarios. SOME, Year Up, y Good Will son algunos de los donatarios que ofrecen ayuda de transporte como parte de sus programas de capacitación y entrenamiento. Este tipo de ayuda ha demostrado ser una valiosa alternativa que está ayudando a las mujeres de bajos ingresos alcanzar seguridad económica, sin embargo, aún queda mucho por hacer para garantizar que el transporte no sólo sea accesible y a buen precio, sino también seguro y eficiente. Tomar en cuenta el papel que juega el transporte en la vida de las mujeres es fundamental en el desarrollo de recomendaciones de políticas públicas y el diseño de programas para que las mujeres puedan realmente aprovechar y beneficiarse de éstas iniciativas.
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