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En Espanol
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Soy la orgullosa mamá de Zoe (5), Brendan (3) y, ¡de un pequeñín que nacerá en septiembre! Me apasiona aprender nuevos idiomas y culturas y trato de enseñárselos a mis hijos desde pequeños. Profesionalmente, soy educadora y estoy certificada para enseñar Alemán, Inglés como Segunda Lengua y Estudios Sociales y tengo una maestría en Enseñanza de Lenguas Extranjeras, pero mi motivación y convicción en la crianza de los niños para que sean multilingües y ciudadanos del mundo comenzó hace mucho tiempo, cuando era niña.

Crecí en un pequeño pueblo del noroeste de Pennsylvania en un hogar donde solo se hablaba inglés. Mi comunidad no era muy diversa y había muy pocas
oportunidades de tener experiencias genuinas con otros idiomas y culturas. En ese tiempo, aprender otro idioma no estaba tan “de moda” como está ahora. Le
agradezco a mi mamá por su persistencia llevándome a clases de idiomas, campamentos de inmersión y eventualmente, a viajes internacionales y de intercambio para exponerme a mí y a mis hermanos al resto del mundo. Cuando era niña, no me daba mucha cuenta de la carga logística y económica que representaba encontrar tutores de alemán, inscribirnos en cursos de idiomas por correspondencia o enviarnos a campamentos fuera del estado o a viajes a Europa.

Pero gracias a mi mamá hablo alemán con fluidez y ahora estoy estudiando español. Mi hermano habla alemán e italiano y vive con su familia en Alemania. Mis
dos hermanas hablan español e italiano. Todos hablamos con fluidez por lo menos un idioma que no es inglés y tenemos una amplia perspectiva del mundo y… ¡de
nuestro papel en él! Ahora que tengo mis propios hijos, tengo muchos más recursos a mi alcance, desde vivir en una comunidad diversa, recursos virtuales y económicos.

Mi esposo y yo tomamos la decisión de exponer a nuestros hijos al español cuando tenían 1 año para que pudieran obtener todos los beneficios cognitivos de aprender un idioma a temprana edad. Cuando crezcan, los expondremos a la cultura por medio de viajes y otras experiencias auténticas. Como familia, llegamos a la conclusión de que la forma más fácil de sumergirlos en el idioma a temprana edad era contratando a niñeras que hablaban español. Hemos trabajado con tres maravillosas mujeres que quieren a nuestros hijos y les han impartido su amor por sus países de origen.

Como padre y como maestra de idiomas, ¡ha sido fascinante ver la adquisición del idioma ocurrir directamente frente a mí y darme cuenta de las habilidades de mis
hijos! ¡Debo admitir que mis propios conocimientos del idioma también han mejorado enormemente! Desde que nos embarcamos en esta aventura, ambos niños han comprobado ser muy competentes para entender lo que escuchan y entienden casi todo lo que dicen sus niñeras. También pueden responder en español, aunque a veces necesitan motivación (como saben que sus niñeras entienden inglés, no siempre quieren responder en español). Me siento muy contenta de ver cómo desarrollan sus habilidades lingüísticas, pero también siento la presión de seguir exponiéndolos y ayudándolos a adquirir el idioma, lo que es más difícil cuando ingresan en el sistema escolar público.

 

Nuestra hija mayor comenzó a asistir al jardín de niños (kindergarten) hace 5 semanas. Desafortunadamente, su escuela primaria, aunque es fantástica (como la
mayoría de las primarias), no ofrece clases de idiomas. Dos otras escuelas a las que pudiera asistir ofrecen español unas cuantas veces a la semana, pero su dominio del idioma está más adelantado que aprender colores, números y animales.

Existe una escuela privada de inmersión que sería excelente para ella, pero económicamente está fuera de nuestro alcance. Lo único que nos queda es continuar su aprendizaje a través de actividades extracurriculares. Lo hacemos a través de niñeras que los cuidan ocasionalmente y que les hablan en español, viendo programas de TV en español y a través de citas de juegos, pero esto no es suficiente. Aunque sé que sus conocimientos del idioma pueden “regresar” es difícil ver cómo los va perdiendo y seguimos buscando otras oportunidades.

Esta es mi experiencia personal y la experiencia de mi familia al aprender y valorar los idiomas, pero con frecuencia pienso en las familias que no tienen los recursos,
motivación o energía para estudiar un segundo idioma, ¡o su propio idioma! Como instructora de ESL, con frecuencia veo a estudiantes que no quieren hablar español con sus padres o padres que se lamentan su falta de conocimientos en la lectura o de la gramática y pronunciación correcta de su primer idioma. No puedo imaginar lo difícil que debe ser ver a tus hijos perder la capacidad de hablarte con fluidez. ¡También creo que es una lástima que pierdan su futura capacidad de hablar español como una potencial destreza profesional!

Los múltiples beneficios de aprender un segundo idioma han sido comprobados una y otra vez por los estudios científicos, pero siguen siendo subestimados en el
sistema educativo. Como país, ¡nuestras habilidades lingüísticas están muy por detrás de las del resto del mundo! Como madre y educadora, me he comprometido
a abogar por un mayor acceso al aprendizaje de idiomas para los jóvenes en nuestra comunidad y nuestras escuelas. Espero que, con el tiempo, mi progresiva y
diversa comunidad y el sistema escolar público vean el mérito que tiene ofrecer más clases de idiomas a los niños para que todos se puedan beneficiar y ser ciudadanos del mundo.


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