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Nuestra serie de blogs Cuidado Infantil 101 se enfoca en informar y educar a los votantes que quieren apoyar el cuidado infantil.

Las familias hubieran podido tener cuidado infantil hace décadas…

Hoy, mientras las mamás, los niños y las familias tienen problemas para tener acceso y pagar por cuidado infantil de calidad y en momentos en los que los educadores de la primera infancia se enfrentan a brechas salariales y disparidades cada vez peores, es importante comprender que esta crisis desafortunadamente no es nada nuevo. No, es un legado de la devaluación y la marginación del trabajo de las mujeres y de las madres, especialmente el de las mujeres de color y de las mujeres afroamericanas.

Fatima Graves, de National Women’s Law Center, resaltó la historia de los proveedores de cuidados afroamericanos en su artículo Las raíces de nuestra crisis de cuidado infantil es un legado de la esclavitud en el que mencionó que “uno de cada cinco proveedores de cuidado infantil es una mujer afroamericana y borrar su trabajo de la vida pública y de las conversaciones públicas tiene raíces históricas que se remontan a la esclavitud”. Continuó diciendo, “la invisibilidad de los trabajadores del cuidado infantil hoy se asocia directamente con la invisibilidad de las mujeres afroamericanas obligadas a trabajar ganando pobres salarios antes y después de la Guerra Civil en condiciones que hacían que fuera difícil cuidar también a sus propios hijos”. Si bien la condición de mujer blanca en el sur antes de la guerra ha sido representada como llena de gracia y ocio, el trabajo de las mujeres afroamericanas de las que dependían para desde tareas domésticas hasta alimentar a los bebés blancos de su propio pecho, rara vez se resaltaba o mencionaba”.

Después de la Guerra Civil, muchas familias blancas siguieran dependiendo en gran parte de trabajadoras domésticas afroamericanas muy mal pagadas o sin pagar para criar a sus hijos, a menudo a expensas de sus propios hijos. Esto continuó por décadas e incluso hoy, los trabajadores del cuidado infantil (que desproporcionadamente son mujeres de color) son algunos de los trabajadores peor pagados. 

Pero ha habido poderosos esfuerzos para darle a las mamás y a las familias el apoyo que necesitan. En 1971, líderes como Dorothy Bolden, Shirley Chisholm, Marian Wright Edelman y Evelyn Moore encabezaron campañas que lograron la aprobación de la Ley de Desarrollo Integral Infantil de 1971 que promovió a los trabajadores del cuidado infantil como “expertos en la clase media” que merecen salarios justos por el servicio que proporcionan a las familias que trabajan. Impulsada por el apoyo de los sindicatos laborales, fue aprobada en ambas cámaras del Congreso por mayorías bipartidistas. Pero el presidente Richard Nixon vetó el proyecto de ley eliminado la oportunidad de tener un sistema de cuidado infantil nacional multimillonario. ¿POR QUÉ VETÓ EL PROYECTO DE LEY? Bueno, debido al racismo. La estructura del sistema de cuidado infantil en este proyecto de ley hubiera puesto el control de los centros de cuidado infantil financiados por fondos públicos en las manos locales lo que, en gran parte del sur, significaba objetar a los gobiernos estatales blancos a favor del control local de las comunidades y los líderes afroamericanos. Para continuar con la segregación, los activistas conservadores cabildearon contra el proyecto de ley y debido a esto, el entonces presidente Nixon emitió su veto acabando con el último intento significativo del Congreso de tener un sistema de cuidado infantil justo y universal. 

El veto de Nixon y décadas de ineficaces soluciones de nuestro gobierno desde entonces, le han costado a nuestra economía miles de millones de dólares desde entonces y han empujado a las mamás y a los proveedores de cuidados fuera de muy necesarios empleos debido a la inasequibilidad o la inaccesibilidad del cuidado infantil, todo esto mientras se les ha negado a generaciones de padres de familia una oportunidad justa y paz mental. La continua devaluación del cuidado infantil perpetúa la falta sistémica de valoración que nuestra sociedad da al trabajo de las mujeres afroamericanas, morenas e inmigrantes.

Socavar y dejar de priorizar el cuidado infantil como un asunto importante y no pagarles a los trabajadores del cuidado infantil lo que merecen debe ser un reliquia del pasado. Podemos y debemos mejorar las cosas y son los votantes informados y empoderados como TÚ los que pueden ayudar a detener la marea de este exasperante legado de cuidado infantil. Nuestras mamás, niños, familias y proveedores de cuidados merecen un futuro más brillante y juntos podemos llegar ahí. 

No olvides leer estos otros blogs de la serie:

Cuidado Infantil 101: Bloque de Subsidios para el Desarrollo del Cuidado Infantil (CCDBG)

Cuidado infantil 101: Educadores de la primera infancia y la brecha salarial

Cuidado infantil 101: Desiertos de cuidado infantil

 


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